miércoles, 12 de noviembre de 2014

BIBLIOGRAFÍA 9

Mantik SL, McLean MH, Ruff SD. Problemas del tracto gastrointestinal inferior. Medical-Surgical Nursing: Assessment and Management of Clinical Problems. 6ªed. Madrid: Mosby y Elsevier; 2004. p. 1079-1129.

Este libro me ha parecido interesante pues hace referencia a las hernias centrándose especialmente en la inguinal. En general la hernia es la profusión de una víscera a través de una abertura abdominal o una zona debilitada de la pared de la cavidad donde habitualmente está contenida. Una hernia puede aparecer en cualquier lugar del cuerpo, aunque habitualmente aparece en la cavidad abdominal. Si el contenido de la hernia se puede volver a introducir en la cavidad abdominal se dice que la hernia es reductible. La hernia se puede reducir por manipulación, o espontáneamente sin manipulación, cuando la persona se echa. Si la hernia no se puede reponer hacia la cavidad abdominal, se conoce como irreductible o incarcerada. En esta situación el flujo intestinal puede verse obstruido. Cuando la hernia es irreductible y el flujo intestinal y el riesgo sanguíneo están obstruidos, la hernia está estrangulada. El resultado es una obstrucción intestinal aguda.
Centrándonos en la hernia inguinal decir que es la forma más común de hernia, que aparece en el punto débil de la pared abdominal por el que aparece el cordón espermático de los hombres, y el ligamento redondo de las mujeres. Cuando la profusión escapa por el anillo inguinal siguiendo al cordón espermático o al ligamento redondo se llama hernia indirecta. Cuando escapa a través de la pared inguinal posterior se llama hernia directa. La hernia inguinal es más frecuente en los hombres.
La hernia suele manifestarse apareciendo en la zona afectada cuando el paciente se pone de pie o hace esfuerzos. Puede haber una cierta incomodidad a causa de la tensión. Si la hernia se estrangula, provocando un dolor intenso. En este caso aparecen los síntomas clínicos de una obstrucción intestinal, como vómitos, dolor espástico abdominal y distensión.
El diagnóstico se basa en la anamnesis y los resultados del examen clínico. El tratamiento de elección de las hernias es la cirugía, para prevenir la posible complicación de la estrangulación. La corrección quirúrgica de la hernia se conoce como herniorrafia. El refuerzo de la zona debilitada con alambre, fascia o malla se conoce como hernioplastia. Cuando hay una estrangulación, puede aparecer necrosis y gangrena si no se aplica cuidados de inmediato. También puede ser necesaria una resección intestinal de la zona afectada o una colostomía temporal para tratar una hernia estrangulada. Algunos pacientes con hernia llevan un braguero, una pieza de tela reforzada colocada sobre la hernia que se sujeta con un cinturón. El braguero se lleva para evitar que la hernia sobresalga. Si el paciente lleva un braguero, la enfermera debe comprobar que no haya ninguna irritación cutánea provocada por el roce continuado. Después de una herniorrafia, el paciente puede tener dificultades para evacuar, por lo que la enfermera debe comprobar si la vejiga está llena. No se recomienda toser o estornudar, debe sujetarse la incisión al toser, y debe estornudar con la boca abierta.
Después del alta es posible que el paciente deba evitar levantar pesos durante 6 a 8 semanas, aunque algunos cirujanos no ponen ninguna limitación a las actividades físicas.

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