Smeltzer Suzanne ,Bare Brenda. Tratamiento de pacientes con
trastornos intestinales y rectales. Brunner & Suddarth's Textbook of
Medical-Surgical Nursing. Vol II. 10ª ed. México D.F. McGraw-Hill
Interamericana; 2010. p. 1133-1180
He elegido las enfermedades anorrectales ya que al menos la
mitad de la población las padecerá alguna vez en su vida, siendo muy
frecuentes.
Los pacientes con este tipo de enfermedades solicitan
atención médica por el dolor, la hemorragia rectal, hipersensibilidad anal,
hemorroides protuberantes o ulceración. Algunas de las más comunes son:
-Absceso anorrectal: Es producido por la obstrucción
de una glándula anal. Las personas con enteritis regional o trastornos
inmunodepresivos son más susceptibles a estas infecciones. Estos abscesos
pueden convertirse en fistulas. Ocurren en diversos espacios del interior o
exterior del recto. Si es exterior se observa hinchazón y dolor al tacto, si es
más profundo producen síntomas tóxicos, dolor e incluso fiebre. Se pueden
utilizar baños de asiento para reducir el dolor, pero la intervención es
prioritaria para incidir y drenar el absceso. Si existe una fistula, se
eliminara el trayecto fistuloso, y de ser posible se drenara la fistula en la
misma intervención, después de la intervención la herida se empaca con una gasa
y se deja cicatrizar.
-Fistula anal: Es un trayecto tubular que va del ano
a un orificio situado en la zona perinanal. Las fistulas ser ocasionadas por infección, aunque también
pueden ser causas por traumatismos, fisuras o enteritis regional. Dependiendo
del trayecto de la fistula puede aparecer otros síntomas como el paso de flatos
o heces por la vagina o vejiga. Siempre se recomienda cirugía, ya que pocas
fistulas curan de manera espontanea. La intervención quirúrgica es la
fistulectomia, que consisten en la
extirpación del trayecto fistuloso. La fistula se abre al orificio rectal y se
empaca con gasas.
-Fisura anal: Es una rasgadura o ulceración
longitudinal de la mucosa del canal anal. Normalmente la causa es un
traumatismo derivado por el paso de una masa grande o muy compacta de heces,
otras causas podrían ser traumatismos o
el abuso de laxantes. Se caracterizan por una defecación muy dolorosa,
hemorragia y sensación de ardor. Casi
todas cicatrizan con con remedios “caseros” como baños de asiento, aumento de
la cantidad de agua etc. Si las fisuras no responden ante el remedio
conservador, se realizara una intervención quirúrgica, que suele ser una
esfinterotomia con excisión de la fisura.
-Hemorroides: Son pociones dilatadas de venas en el
conducto anal, son muy comunes. Las hemorroides provocan prurito y dolor y son
la causa más común de sangrado al defecar las extremas están relacionadas con
dolor intenso derivado de la inflamación y el edema. Esto puede producir
incluso necrosis. Los síntomas y el malestar se alivian con una higiene
personal adecuada. La dieta rica en fibra, además del consumo de abundantes
líquidos suele ser suficiente. Aunque se pueden utilizar compresas tibias,
baños de asiento… un tratamiento quirúrgico para las hemorroides internas es la
ligadura. También se pueden utilizar criocirugía, que consiste en congelar los
tejidos. Estos métodos no son válidos si la vena tiene una trombosis avanzada.
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