miércoles, 12 de noviembre de 2014

BIBLIOGRAFÍA 8 

O´Conell SC, Bare BG. Valoración y tratamiento de pacientes con trastornos pancreáticos y biliares. Brunner & Suddarth's Textbook of Medical-Surgical Nursing. Vol II10ª ed. México, D.F: McGraw-Hill Interamericana; 2005. p. 1235-1261.

He elegido este libro porque me parece interesante la forma en como se describe la pancreatitis aguda, la cual se debe a la digestión del páncreas por las enzimas que produce, ante todo tripsina. El 80% de los enfermos que padecen esta variante de la pancreatitis presenta trastornos de las vías biliares; aunque surge inflamación del páncreas solo en 5% de los que padecen cálculos biliares. Estos entran en el conducto colédoco y se alojan en la ampolla de Vater, con lo que obstruyen el flujo del jugo pancreático o causan el reflujo de la bilis desde el conducto colédoco hacia el pancreático, con lo que activan las potentes enzimas pancreáticas en el interior de la glándula. En condiciones normales, tales enzimas permanecen inactivas hasta que llegan al interior del duodeno. El espasmo y edema de la ampolla citada, como resultado de duodenitis, tal vez provoquen pancreatitis.
El consumo crónico de alcohol es una causa común de episodios agudos de pancreatitis, aunque es usual que el enfermo sufra pancreatitis crónica no diagnosticada antes de que surja el primer episodio agudo. Otras causas menos comunes serían las infecciones virales o bacterianas. Los traumatismos abdominales por objetos romos, vasculopatías sistémicas, hiperlipidemias, hiperparatiroidismo y uso de corticoides, diuréticos tiacídicos y contraceptivos ingeribles también se han relacionado con mayor incidencia de pancreatitis, además de que hay una menor incidencia de pancreatitis hereditaria.
La valoración de la pancreatitis aguda se realiza mediante el uso de los antecedentes de salud que se centran en la presencia y características de dolor y su localización, su relación con el consumo de alimentos y alcohol y el efecto de los esfuerzos para aliviarlo. También es importante valorar el estado nutricional y líquido del enfermo, así como los antecedentes de coleccistopatías y consumo de alcohol. Se investigara si han ocurrido problemas gastrointestinales como náuseas, vómito, diarrea y expulsión de heces gaseosas.
Los principales diagnósticos de puede realizar la enfermera para la pancreatitis son dolor intenso por inflamación, edema, distensión pancreática e irritación peritoneal para el cual el principal objetivo será el tratamiento con analgésicos y disminución se las secreciones enzimáticas; otro posible diagnóstico es el patrón de respiración ineficaz por el dolor intenso, infiltrados pulmonares, derrame pleural y atelectasias, además de elevación del diafragma para el cual se colocara al paciente en posición semi-Fowler disminuyendo así la presión sobre el diafragma por la distensión abdominal e incrementar la expansión respiratoria; el siguiente diagnóstico más común son las alteraciones de la nutrición, menos de las necesidades del organismo, relacionados con menor consumo de alimentos y mayores demandas metabólicas, aunque al paciente con pancreatitis aguda no se le permite el consumo de alimentos ni líquidos se le alimentara mediante nutrición parenteral; el último de los diagnósticos mas usados es el deterioro de la integridad de la piel relacionado con estado nutricional, confinamiento en la cama, drenes e incisión quirúrgica, para ello se debe revisar cuidadosamente la herida, los puntos de drenaje y la piel para detectar signos de infección, inflamación y maceración.

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