Smeltzer S, Bare B. Tratamiento
de pacientes con trastornos bucales y esofágicos. Brunner &
Suddarth's Textbook of Medical-Surgical Nursing.Vol II. 10ªed. México,D.F. McGraw-Hill Interamericana; 2010. p.1057-1085
Escogí el capítulo 35 del Brunner & Suddarth por
diversos motivos:
·
Por mostrar con gran detalle la definición de
divertículos, debido a lo escueto de los apuntes. Esto nos ha dado a conocer
mejor la epidemiología (afecta más a varones) y la valoración de estos, ya que
hemos de utilizar estudios manométiricos para descartar los trastornos del
aparato motor, pero más aún es importante la no introducción de cualquier
aparato (esofagoscopia, sonda nasogástrica) con el fin de evitar una
perforación del divertículo produciendo una mediastinitís (inflamación de los
órganos que ocupan el mediastino).
·
Por otra parte, acerca del cáncer esofágico, es
interesante la énfasis acerca del tratamiento de enfermería, en el que se
aprecia claramente la labor educativa de la enfermera y la de elemento
controlador de las alteraciones, puesto que esta es la que se encarga de
vigilar las complicaciones posoperatorias, que pueden llevar a una neumonía o
una hemorragia interna. Una de estas funciones de control me ha llamado la
atención puesto que si se injerta parte de yeyuno para reemplazar el esófago
eliminado, este se deja mediante una pequeña incisión expuesto al exterior,
tapado con una gasa húmeda, teniendo entonces la enfermera obligación de
asepsia total para ello. Además, la enfermera es el sujeto que ha de implicar al
paciente a la hora de comenzar a alimentarse por vía oral posteriormente, para
así quitar las vías parenterales, y con ello evitar complicaciones como se
encontrarían con una endoprótesis. Además la importancia de la posición del
paciente postcomidas, obliga a que la enfermera realice supervisión de este,
puesto que después de una operación de tal contexto implica un grado alto de
nerviosismo y cansancio al paciente. Por otra parte tenemos un punto
interesante a mirar, puesto que la enfermera ha de revisar si hay exceso de
saliva (sialorrea), ya que esta puede complicar mucho la recuperación aunque no
lo parezca, ya que por diversas partes, el paciente puede sentirse incómodo (se
verá reflejado en su carácter) y por otra parte entra en situación la neumonía
posible que podría causar. Una vez acabado el posoperatorio, es de suma
importancia el hecho de informar a las familias acerca del tratamiento,
nutrición, cuidados, y no menos importante, del apoyo físico y emocional.
·
Por otra parte, el cómo detalla el esófago de
Barret, ya que indica los procedimientos y la sintomatología que hay que seguir
para valorar su existencia. Además este texto hace énfasis acerca del tiempo de
vigilancia de este y el intervalo a repetir la prueba de la esofagogastroduodenoscopia
(6 a 12 meses) para observar el mismo.
·
Por último, al final del capítulo muestra la atención
fuera del centro sanitario, pues estos tipos de problemas hay que tratarlos en
gran medida en el hogar. Para ello la enfermera ha de ser la encargada de, como
dije antes, enseñar los cuidados, tanto como el uso de dispositivos especiales,
como el planteamiento de la autoatención del paciente. Además la enfermera
tiene que centrar sus cuidados en el tratamiento del dolor y la función
respiratoria, porque aunque aquí también lo añadan, pienso que el apoyo
nutricional lo debería prescribir un nutricionista en apoyo con el médico, ya
que la enfermera tiene conocimientos básicos acerca de la enfermedad y acerca
de la nutrición, ahora bien, si ha de disponerse una alimentación enteral, la
enfermera verdaderamente ha de ser la que se asegure de la predisposición del entorno
para administrarla sin problema, además de asegurarse de la capacidad familiar
e individual del paciente para realizar las tareas oportunas.
6/10/2014 Sergio R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario